El gobierno paraguayo abrió las puertas del país a los servicios de inteligencia estadounidense para “cooperar contra el crimen”. Diferentes sectores consideran que esta apertura es una entrega de la soberanía nacional.

 

Desde hace dos semanas, que el FBI y el Departamento de Justicia de los Estados Unidos se asentaron en Asunción  con el objetivo de investigar diversos hechos punibles.

El pasado 13 de diciembre, el Presidente Mario Abdo visitó a su homólogo estadounidense, Donald Trump, donde acordaron trabajar en conjunto contra el lavado de dinero, narcotráfico, financiamiento del terrorismo y corrupción. Para lograrlo, acordaron presencia de “investigadores” estadounidenses en Paraguay.

Al anunciar el acuerdo, Abdo dijo que se reafirmaron los lazos históricos entre Paraguay y Estados Unidos: “Estamos juntos para defender la democracia en la región, fortalecer la cooperación contra el crimen organizado transnacional e impulsar el comercio bilateral y las inversiones”, expresó,  y agregó: “Nos enfocamos en fortalecer nuestra relación bilateral, nuestro comercio bilateral, entendiendo que las relaciones se construyen, y son duraderas y son sustentables en el tiempo si hay un beneficio mutuo; si hay una integración y complementariedad en nuestras economías”.

Así mismo, los dos mandatarios emitieron un comunicado conjunto en el cual acordaron “profundizar la robusta cooperación en materia de defensa y seguridad”.

Abdo justificó la presencia del FBI enfatizando en “la necesidad del Paraguay de contar con asistencia para reformar la policía nacional y el sistema penitenciario”. Trump anunció que Estados Unidos ofrecerá dos eventos del “Programa de Intercambio Combinado de Entrenamiento de las Fuerzas Especiales” en Paraguay en 2020 y 2021, y que el Comando Sur ejecutará un ejercicio de respuesta conjunta a crisis regionales en el país también en 2021.

En la reunión participaron, por Washington el vicepresidente Mike Pence; el secretario de Estado, Mike Pompeo; el jefe de Gabinete Mick Mulvaney; el asesor presidencial del Consejo Nacional de Seguridad, Robert O’Brien; el presidente de la Corporación Internacional de Finanzas para el Desarrollo (DFC), Adam Boehler; y el asesor presidencial para el Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional, Mauricio Claver-Carone. Por parte del gobierno del Paraguay, asistieron el canciller Antonio Rivas; el embajador en Estados Unidos, Manuel Cáceres; el ministro de Hacienda, Benigno López; y el asesor Federico González Franco.

La presencia de agentes del FBI en Paraguay genera incomodidad y alarma en varios sectores de la sociedad que denuncian un grave atentado a la soberanía del país.

El Frente Guasú (FG) presentará en el Congreso un pedido de informes acerca de la presencia de los agentes del FBI en territorio paraguayo.

Para  este movimiento la instalación de una “mesa de trabajo” entre la Secretaría Nacional de Inteligencia (SNI), la Fiscalía General y el Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos significa “la entrega de la soberanía nacional”, lo que constituye causal de juicio político.

El senador Hugo Richer aseguró que son muchos los referentes políticos y grupos empresariales que no estarán tranquilos debido a la instalación del FBI en el Paraguay para luchar contra el crimen organizado.

Así mismo,  el senador Sixto Pereira afirmó que de esta manera se autoriza a los estadounidenses a que “entren ya formal e institucionalmente, pues siempre actuaban estos órganos de investigación en forma solapada”. E, insistió en que todos los delitos involucrados en la investigación son de competencia del Estado nacional.

“Estados Unidos criminaliza y utiliza artimañas para quedarse con los recursos naturales de los países de la región…¿Cuántos narcotraficantes hay en Estados Unidos y se consideran gendarmes del mundo?”, expresó Pereira.

Por su parte, el paralasuriano Ricardo Canesse dijo: «Paraguay volverá a ser desgraciadamente el mayor centro de inteligencia de los intereses del imperio de EEUU en América del Sur; lo que se busca con ello es interferir en los asuntos internos de este país y de toda América Latina».