El aniversario 209 de la Independencia del Paraguay el Moseñor Valenzuela pidió «eliminar la corrupción y la impunidad».

se celebró ayer en un ambiente ajeno al habitual, debido a la pandemia: calles vacías, sin desfiles escolares ni actividades de recreación nocturna.

Lo que no faltó fue el tirón de orejas y la bajada de línea desde el púlpito de la Catedral Metropolitana a las autoridades del Gobierno.

Monseñor Valenzuela instó a construir un futuro más solidario, coherente en el respeto a la Justicia y sin impunidad ante los que se aprovechan de bienes y de recursos. “Dejemos atrás los vicios y las violaciones cometidas que se arrastran desde hace tiempo. Superemos la codicia y juntos eliminemos la corrupción y la impunidad”, abogó.

Auguró que se pueda “regresar cuanto antes a la vida normal”, trastocada por el aislamiento social por la pandemia. Pero habrá que volver –dijo– con una “mentalidad nueva, solidaria hacia los pobres y cero de impunidad ante los que se aprovechan de los bienes y de los recursos ricos del país”.

“La coherencia entre fe y vida –postuló– ayuda a superar los virus que atentan mortalmente contra los bienes públicos: la corrupción, la injusticia, la violencia, la insolidaridad, la deshonestidad, la inequidad que atenta siempre contra los más débiles y necesitados”.

Para el arzobispo, es imperativo llevar a cabo una “urgente reforma del Estado”, pero poniendo énfasis en los distribución justa y equitativa de los bienes públicos. “Debe ser orientado bajo la luz de la verdad, cuyo fin debe ser la justicia y su fuerza motivadora, el amor a Dios y al prójimo, bajo la base sólida de la Constitución Nacional y el Estado de derecho que debe velar por la distribución justa y equitativa de los bienes públicos”, proclamó.

Agonía

En otra parte de su extensa prédica, Valenzuela habló de la agónica situación que atraviesa el sistema educativo con esta pandemia.

Y se refirió, en particular a los colegios parroquiales. “Todas las instituciones han reducido aranceles en proporciones apropiadas, tomando en cuenta la situación que atraviesan los padres de familias, incluso endeudándose momentáneamente para que la educación no se detenga”, dijo al advertir que “si no tenemos ayuda del Estado” no podrán continuar con la educación.

“En este caso, nos veremos obligados a cerrar nuestras instituciones por la insostenibilidad económica, y esto causaría un perjuicio, no solo a los alumnos, docentes, personal administrativo”, expuso.

La Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Instituciones Educativas del Paraguay (Fedapar) se opuso a los dichos del arzobispo y pidió que el subsidio sea del 50% y para todas las entidades educativas.