El analista político Hora­cio Galeano Perrone dijo que el Presidente se equivocó al realizar los cambios en su gabinete en relación con el Ministerio del Interior y la dirección de Itaipú.

El analista político Hora­cio Galeano Perrone afirmó que el colorado no perdona la traición, en rela­ción con las movidas en el gabi­nete y que no haya sido desig­nado ningún colorado en la cartera de seguridad y la Canci­llería. Fue ayer durante el pro­grama “Fuego cruzado”, emitido por el canal GEN, bajo la con­ducción de Augusto dos Santos y Benjamín Livieres.

-¿Cuál es tu lectura sobre las movidas en el gabinete nacional?

-Es muy difícil tener lecturas con Mario Abdo Benítez, es una cuestión absolutamente impre­visible porque está cantando en un lugar y está poniendo los huevos en otro lugar. Se estaba hablando del jefe de Gabinete, un cargo irrelevante que desde algún tiempo empezó a tener relevancia, y del Ministerio de Obras Públicas a cargo de Arnoldo Wiens.

Lo que hizo ahora fue sacar las castañas del fuego porque no tiene ninguna necesidad de crear esta conmoción que fue titular de los medios de comunicación más importantes. Federico Gon­zález, una persona con una tra­yectoria diplomática bastante destacada, un burócrata que nunca trabajó en el sector pri­vado y jamás estuvo en ninguna actividad política. Él fue esca­lando hasta llegar a este lugar y el protagonismo que tuvo en esa acta entreguista va a ser más caro. Quien le dio ese asesora­miento, se equivocó rotunda­mente porque sobre eso se va a insistir muchísimo. La gente siempre piensa que no hay posi­bilidad de juicio político, pero la inestabilidad política no hace falta que provenga del Congreso. Uno sale del Ministerio del Inte­rior sin dar explicaciones y se va a Cancillería, y ahí va Giuzzio.

-¿Cómo te parece que esta­rían viendo desde la Junta de Gobierno o los militantes del Partido Colorado la constitu­ción del Gobierno?

-El colorado no es tumultuoso y no dice nada, pero por abajo sí sabe hacer conspiraciones y saben hacer gobierno, no hay quién los ataje. En el caso de Giuzzio, quien viene haciendo un buen papel en la Senad y tiene el apoyo irrestricto de los organismos internacionales, especialmente en el caso de la DEA, y trabajó con un equipo muy bien estructurado, que no es obra exclusiva de él porque han pasado muy buenos direc­tores y ministros secretarios de la Senad.

Pero pasar al Ministerio del Inte­rior es algo absolutamente dis­tinto, el señor Abdo Benítez no sabía que son dos cosas absoluta­mente distintas. En una institu­ción tenés a 500 o 600 personas, mientras que en el otro tenés a 28.000 personas a cargo. Quien piensa que el ministro-secreta­rio de la Senad puede asimilar el cargo de ministro del Interior está muy equivocado, no tienen nada que ver una cosa con la otra.

Son estructuras, organizaciones y análisis totalmente distintos y al colorado le va a molestar que el ministro del Interior no sea un colorado, que no exista un solo colorado para ser ministro del Interior y que no exista un solo colorado para ser ministro de Relaciones Exteriores, pero lo va a hacer en silencio porque hasta en su conspiración es dis­ciplinado.

-¿Estos cambios pueden pro­ducir mayor crisis o mayor inestabilidad?

-Yo creo que no soluciona. Me dicen que hay una marketinera que influye mucho en una per­sona que no tiene la conducción. Marito no tiene ni el manejo del Gobierno, en consecuencia él no entiende cómo hace la jugada ni el precio ni el costo que está pagando. Hay medios que le están pegando de seguido por el tema de traición a la patria y una de las cosas que el paraguayo no tolera es la traición a la patria.

-¿Quién te parece que influye en Abdo Benítez; una o dos personas que te parecen influyentes y por qué?

-Yo creo que uno de ellos es Juan Ernesto Villamayor. Se volvió un tipo muy verborrá­gico y locuaz y con esa actitud, él aplaca un poco las cosas y la gente dice: habla bien este tipo, pero no soluciona los temas porque lo que se le atribuye a él siempre son contestaciones muy evasivas. No hay que des­conocer que conoce la formali­dad del derecho, es un hombre muy inteligente, fue formado en el Río de la Plata, es hijo de exilia­dos, nació en Montevideo y eso le da una locuacidad un poco más acentuada que la nuestra, pero no dice las cosas concretamente, no va al punto porque el interlo­cutor también le da oportunidad para que se explaye.

-¿Decís que la Cámara de Diputados es lápiz mbyky?

-No quiero decir eso. Es apre­tarle, eso se llama absolución de posiciones fuertes, cuando le preguntás y le volvés a repre­guntar y la opinión pública está esperando eso. Todo gobierno siempre tiene un plan escon­dido y cuando comenzó este gobierno, lo hizo con ese plan, pero se le desmoronó porque al principio fueron muy duros con el movimiento Honor Colorado.

-¿Cuál es el plan, aliarse con la oposición?

-El ministro del Interior es del PDP, hizo campaña por el PDP y es muy cercano a una sena­dora muy influyente y eso el colorado lo entiende muy bien. Nadie puede negar que Euclides es un tipo muy inteligente, pero veo que está en una posición bas­tante incómoda. Cuando él se pone nervioso, dice dos o tres groserías en guaraní, para dis­traer la atención, pero para los que analizamos, sabemos que él está nervioso. Ayer en unas declaraciones dio a entender que ellos habían hablado con el Presidente sobre esta jugada. Si ese fue asesoramiento, tenía que saber que a Federico González lo iban a triturar con esta situación. Todos los sectores improvisan. Improvisa el Gobierno, impro­visa la oposición, pero nadie se da cuenta de dónde está la ver­dadera jugada. Vamos a suponer que no exista ningún juicio polí­tico, vamos a suponer que todo vaya bien, pero no vamos a ata­jar los asaltos de todos los días.

-La única lógica que encuen­tro es que hicieron todo esto para apagar el escán­dalo con Venezuela y esta­mos hablando siempre de la misma persona que está alre­dedor de Mario Abdo.

-Todas las piedras caen sobre la misma persona. Hay que decir que es bastante irresponsa­ble, en una cuestión como esta de PDVSA y Petropar, tenerle a Guaidó, quien es una creación política para debilitar a Nicolás Maduro. Yo gané 20 asados que nunca me pagaron, con gente que decía, ya van a invadir. No van a invadir porque Venezuela se preparó para esta situación y con la presencia de Biden hay menos posibilidades porque no va a entrar de manera unilateral a invadir Venezuela.

-Estuviste muchos años como catedrático en la Academia de Policía y en instituciones militares. ¿Por qué la Poli­cía no funciona? ¿Por qué hay tantas críticas y tanta desconfianza?

-Una institución disciplinada y no deliberante tiene tres ejes que en el Paraguay no se cumplen. Uno es el plan de carrera; dos, la ley de cuadros, y tercero, el prin­cipio de la rotación del personal. El plan de carreras es, cuando yo egrese del Colegio de Policía, busco un padrino y me voy a un lugar donde sé que voy a recau­dar porque estoy lleno de deudas y en un verdadero plan de carre­ras uno no puede elegir.

Este policía puede ir por dos andariveles, el de prevención y seguridad o el de investigación. En esos andariveles tienen que ir subiendo y subiendo, cum­pliendo todas las etapas para llegar.

-Pero las internas son san­grientas en la Policía.

-En la Policía Nacional, las inter­nas son sangrientas porque no se cumple el plan de carreras ni la ley de cuadros. Por ejemplo, el comisario de Torín era un comi­sario principal, el equivalente al grado de coronel en el Ejército. ¿Qué hacía en ese lugar alguien con un rango así? Ese es un cargo codiciado.

Entonces, si tenemos el plan de carrera, la ley de cuadros y el principio de rotación, lo peor que se le puede decir a un poli­cía es, vos vas a ser el oficial de planta en la Academia de Poli­cía. Hace 20 a 30 años, era un premio ser oficial de planta en una institución. Ahora los muchachos quieren estar donde hay recaudación y esa recaudación tiene una estruc­tura cultural muy fuerte.

Mientras en las Fuerzas Mili­tares y en la Policía Nacional no se cumplan los principios que se cumplen en una institución dis­ciplinada y obediente, va a seguir ocurriendo esto.

-Volviendo a los cambios realizados en el gabinete, ¿qué vamos a hacer con este paquete tan pesado y cómo se va a encarar desde Cancillería el tema de Itaipú?

-Ninguna de estas cosas se va a solucionar porque el tema de la seguridad interna del país no se va a solucionar. En un arran­que de sincericidio, escuché a mi amigo Euclides Acevedo decir que acá el primer problema es el Primer Comando Capital (PCC), durante una entrevista. Y eso es absolutamente cierto. Nosotros no tenemos control en nuestro espacio aéreo y eso mismo lo dijo Giuzzio, que no tenemos contro­lado a nuestro espacio aéreo, ni tenemos controladas las fron­teras.

-Giuzzio dijo que iba a poner fin a los maletines.

-No lo va a poder hacer por­que esa es una política que no depende de Giuzzio. Cuando a mí me dicen que el comandante de la Policía no anda bien con el ministro del Interior, no tiene por qué andar bien tampoco por­que cada uno tiene su rol.

Esto lo digo frente a la audien­cia y los hombres uniformados lo van a corroborar porque yo nací en un cuartel y viví en un cuartel hasta mi adolescencia. Un uniformado no va a tardar ni 30 segundos en cumplir la orden que le digas, pero noso­tros en nuestra mentalidad civil podemos admitir que, yo le digo a Augusto, pero Augusto no me hace, pero si Augusto es militar, antes de que termine ya lo va a hacer.

-Estuviste en el Ministerio de Educación y no podemos irnos sin hablar de eso. Petta en 30 segundos: ¿Cómo analizás su función?

-Es una persona muy honesta y no podemos juzgarlo mucho porque durante la pandemia no hubo clases y se diluye todo lo que podamos pensar de Petta.

-Pero que el propio ministro de Educación te diga que el ciclo 2020 fue exitoso ya te da una pista preocupante.

-A mí me molesta mucho cuando la gente apela mucho a los marke­tineros y alguna vez con Augusto discutimos eso, que el marke­ting es como la pimienta o el comino, un exceso en la comida que termina haciéndole mal a uno. Es bueno para darle gusto a la comida, pero para que un gobierno se maneje con marke­ting, como fue el caso de Macri, y subió el peronismo y lo hizo pomada.