La intromisión brasilera en Paraguay tiene un único objetivo: la mayor productora de energía del planeta.  Todos los movimientos que el gobierno de Jair Bolsonaro realiza son  para mantener el control sobre gran parte de la economía y política paraguaya.

 

Paraguay y Brasil son socios en Itaipú, la mayor central del mundo en generación de energía. Los preparativos y manejos para negociar el vencimiento del anexo clave de su tratado, están a la orden del día. Si bien, el mismo se debería renegociar en 2023, Brasil ya está moviendo fichas.

Este anexo sostiene que Paraguay está obligado a vender su excedente de energía a Brasil a cambio de una compensación fija, que hoy en día asciende a US$350 millones al año.  Además, la mayor parte de energía producida por la hidroeléctrica va para Brasil; otro de los puntos que también se pretende renegociar.

Pero, Jair Bolsonaro no busca la asimetría. Su intención es atar de pies y manos a Paraguay, para poder así dominar por completo a Itaipú; y,  viceversa.

El primer intento fue con la firma de la polémica Acta Bilateral Energética, que Bolsonaro firmó este año con Mario Abdo, de manera secreta. Al hacerse pública, opositores, medios y ciudadanos, la calificaron como un  “acta entreguista”; y Abdo estuvo a un paso de un juicio político que podría terminar en destitución.

El Acta se anuló. Pero la intención de Brasil no.

En relación al tema, la politóloga  e investigadora Cecilia Vuyk – quien está al frente de la Campaña Itaipú Ñane Mba´e por la Soberanía Nacional-, explicó: “Se demostró hasta hoy día y durante la crisis del Acta Bilateral que tenemos un gobierno que responde a laos intereses extranjeros, en este caso de manera dependiente a los intereses brasileños y las distintas acciones que van tomando desde el gobierno de Brasil son medidas de presión para lograr mantener tanto al gobierno como a distintos grupos económicos y de poder atados de manos y pies en torno a esos intereses”.

 

Al anularse el Acta Bilateral, la nueva medida de presión de brasilera fue intentar neutralizar al ex Presidente paraguayo: Horacio Cartes.

Durante diez días, medios brasileros y locales se hicieron eco del pedido de prisión que dictó la Fiscalía del país vecino al ex Presidente paraguayo, por supuesta vinculación en causa “Lava Jato”. Medida que sólo quedó como show mediático, ya que por falta de pruebas y  jurisdicción territorial, la orden de detención también se frenó.

“El operativo de requerimiento de la justicia del Brasil en el caso Messer y la orden de detención de una nómina de personas guarda una relación con todo lo que tenga que ver con la próxima renegociación del Tratado de Itaipú para el 2023 y mantener así bajo control y dependencia a los grupos económicos y políticos del país”, aseguró Vuyk, y agregó: “Todo tiene que ver con todo porque estamos hablando de las relaciones internacionales y hablamos de un gobierno y un grupo económico en Brasil que quiere seguir manteniendo la dependencia sobre el gobierno paraguayo”.

¿De qué se trataba el Acta de Itaipú secreta con Brasil?

Ocho de diez legisladores que integran la Comisión Bicameral de Investigación (CBI) coinciden en que el Acta de Itaipú firmada con Brasil el 24 de mayo último era dañina a los intereses del Paraguay. Solamente el senador Enrique Bacchetta y el diputado de Itapúa Colym Soroka, ambos oficialistas de Colorado Añetete, defendieron la negociación del gobierno de Abdo.

En el acuerdo, que fue develado tras la renuncia del titular de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) Pedro Ferreira, quien se negó a aceptar la comercialización de energía hidroeléctrica excedente (producida por la represa binacional de Itaipú) a una entidad privada ligada a la familia del Presidente brasileño.

Los megavatios (MW) sobrantes iban a ser adquiridos del lado brasileño a un valor de 6 U$S (la cotización de mercado ronda los 40 U$S el MW). Una vez incorporados a la red por la empresa brasileña LEROS (ligada a la familia Bolsonaro), sería vendida a un precio de 80 U$S el MW, registrando un potencial y módico beneficio del 1200 %.

Esto, pasa por encima del  Tratado de Itaipú, el cual supone compartir en partes iguales la energía de una de las represas más grandes del mundo y autoriza a negociar anualmente los excedentes energéticos. Dado que Paraguay sólo consume el 15 % del total, vende el 35 % restante a su socio.

Reclamo histórico

La hidroeléctrica de Itaipú es un tema polémico para el Paraguay desde sus comienzos.

La planta fue inaugurada en 1984, y requirió de la anegación de gran parte del lado paraguayo.

Desde el comienzo, Paraguay reclama injusticia en varios aspectados firmados en el tratado fundacional (1973).

«La percepción que se tiene en Paraguay respecto al Tratado de Itaipú es que realmente la construcción de la represa y su explotación ha beneficiado mayormente a Brasil», expresó a la BBC  José Luis Acosta, abogado paraguayo y experto en Planificación y Estrategia Nacional.

Esa «sensación de asimetría» se debe a que la mayor parte de energía producida en la planta (alrededor del 90%) va a Brasil. Sin embargo, bajo el anexo C del Tratado de Itaipú, Paraguay está obligado a vender su excedente de energía a Brasil a cambio de una compensación fija, que hoy en día asciende a US$350 millones al año, hasta que expire en 2023.

«Paraguay no puede negociar con un tercero, pero este monto es inferior a los valores de mercado que se manejan regionalmente», explica Acosta. «Eso hace que dentro de nuestro país la percepción sea de que el beneficio económico de la producción de la represa sea asimétrico a favor de Brasil».

En Brasil sostienen que no hay asimetría, por considerar que ellos fueron quienes pagaron la  presa. Pero esto no es cierto.

“Brasil actuó como garante para los préstamos iniciales para construirla, pero quien adquirió los préstamo fue la Entidad Binacional Itaipú y quien honró los préstamos fue la Entidad Binacional Itaipú», explica el experto.

Dichos préstamos son pagados «con la venta de su energía y la venta de energía es propiedad 50% de Brasil y 50% de Paraguay».

Por tanto, 2023 es un año clave de cara a las aspiraciones paraguayas de poder vender a precio de mercado su excedente energético.

¿De quién dependerá defender la soberanía nacional?

Para Vuyk la renegociación de Itaipú 2023 debe estar liderada por los actores de la sociedad que no están vinculados con el negociado. “El Gobierno demostró que no está con autoridad moral para dirigir este proceso de negocaciacón. La ciudadanía hizo una lucha conjunta para retroceder el intento de entrega”, expresó.