El juez interino Mirko Valinotti dió arrestro domiciliario al empresario Justo Ferreira y a su hija Patricia.
Con el arresto domiciliario que favoreció al empresario Justo Ferreira y a su hija Patricia Ferreira el pasado 27 de noviembre, se concretó el primer objetivo trazado por su defensa, con la complacencia del Ministerio Público y del juzgado consistente en evitar la prisión preventiva.
El primer paso de este plan fue ejecutado por el propio agente fiscal a cargo de la investigación, Osmar Legal, quien sugestivamente, y en contra de las prácticas usuales, requirió prisión preventiva pero no ordenó la detención preventiva de los imputados, lo que dio vía libre a las chicanas (incidente de nulidad de la imputación, reposición y apelación en subsidio contra la admisión de la imputación y fijación de la audiencia de medias, recurriendo en todos los casos hasta la CSJ), e impidió duramente todo este tiempo que se trate el requerimiento de prisión preventiva.
Llamativamente, el hecho ocurrió cuando el juez original de la causa, Humberto Otazú, había salido de permiso, y le interinaba Valinotti. Puede verse que esto no fue casualidad, puesto que dicho magistrado fijó inmediatamente la audiencia de imposición de medidas y concedió a los imputados el arresto domiciliario, en contra del requerimiento fiscal, que había solicitado la prisión preventiva.