La Federación Nacional Campesina (FNC) ha pasado por diversas etapas en su larga historia. Ha tenido liderazgos más cercanos ideológicamente al centro, algunos más de centro izquierda y otros directamente de izquierda más dura. Otro elemento que históricamente ha mantenido la FNC es el de mantenerse equidistante en los procesos electorales, a pesar de que llegó a hacerle guiños a distintos candidatos presidenciales, nunca lo hizo de manera abierta o institucional, fueron más iniciativas individuales de sus directivas. Esa equidistancia le daba a la organización y marcaba una ventaja con las demás del sector campesino, a la hora de plantear sus reclamos y reivindicaciones en sus históricas marchas que realizan cada año en el mes de marzo.

En el último tiempo, la FNC ha endurecido sus posturas alentando y promoviendo la invasión de propiedad privada. La semana pasada la Federación anunció su apoyo institucional a la dupla Alegre-Núñez. Lo hizo en un acto bastante menos popular de lo que se hubiese esperado. En una fría oficina. Después de todo, por primera vez la organización expresa su acompañamiento institucional, ya que siempre optó por hacer campaña a favor del voto nulo o blanco, en cada elección presidencial.

Lo poco que se sabe es que la Federación presentó una especie de programa con sus puntos principales de interés, que todos estos fueron (obviamente) aceptados por Alegre y que todo quedaría enmarcado en un acuerdo que sería firmado por ambas partes.