César Diesel juró ayer ante el Congreso y dijo que no debe favores políticos a nadie.

El elegido por el Senado, con el acuerdo del Ejecutivo, reemplaza a Miryam Peña y sostiene que se debe fortalecer la Superintendencia del Poder Judicial para la fiscalización de la función de los magistrados.

Esta al menos fue su respuesta ante las consultas de los periodistas en torno a denuncias contra los jueces por cuestionadas resoluciones.

Diesel esperó media hora hasta que haya cuórum en el Congreso, y al final juró en menos de cinco minutos ante 27 senadores y 42 diputados conectados virtualmente.

El ministro estuvo en forma presencial en la sala de sesiones del Senado, junto a Blas Llano, titular de la Cámara Alta, y Pedro Alliana, presidente de Diputados.

Lo acompañaron en el acto de juramento sus familiares y su colega, el titular de la Corte, Alberto Martínez Simón.

Diesel comenzó con el discurso de que su intención es cooperar para lograr la credibilidad y confiabilidad del sistema judicial, y seguir con los emprendimientos que persigan ese objetivo.

Ante las quejas ciudadanas hacia los magistrados, considera que debe haber una fase intermedia y que sería prudente fortalecer el sistema del control interno en cuanto a la actuación de los mismos.

A su criterio, a través de la Superintendencia, la Corte puede evaluar el funcionamiento de Juzgados, Tribunales y sus integrantes.

“Creo que todos los que asumimos, lo hacemos con las manos libres y con la obligación de hacer cumplir la ley y la Constitución”, dijo.

Remarcó que no se debe confundir el sistema de elección con las funciones que desempeñará cada ministro en la Corte, inclusive los magistrados y jueces.

“La elección es un componente político pero eso no quiere decir que se deban favores a nadie”, se apuró en aclarar a la prensa.

Diesel fue seleccionado por el Senado de una cuestionada terna por la falta de transparencia del Consejo de la Magistratura. Tuvo 24 votos colorados y liberales, y la oposición quedó disconforme porque planteaba la devolución de los ternados.

En cuanto al plazo de cinco años para ejercer el cargo, refirió que ha creado muchos inconvenientes y que casi todos los ministros recurrieron para mantenerse en el cargo.

Evitando polemizar sobre el tema, alegó que se debe revisar y si corresponde entonces respetar los cinco años.