La deuda pública creció ferozmente en los primeros seis meses de este año para enfrentar la pandemia del Covid-19 y llegó a un nuevo techo histórico: USD 10.871,4 millones

Según el informe publicado ayer por el Ministerio de Hacienda, los compromisos aumentaron en USD 2.012,3 millones entre enero y junio, con respecto al cierre del 2019. En términos porcentuales, la variación fue del 22,7%.

Con estas estadísticas y el reciente ajuste hecho por el Banco Central del Paraguay (BCP) a las proyecciones de crecimiento económico (del -2,5% al -3,5%), el documento oficial indica que la relación deuda/PIB se ubicó en el 30,7% y entró en el rango de alerta de acuerdo con los parámetros del Fondo Monetario Internacional (FMI).

El acelerado crecimiento de este indicador fiscal con respecto al 2019 se debe, principalmente, a los compromisos tomados para enfrentar la crisis sanitaria. En ese sentido, el informe de Hacienda señala que las obligaciones asumidas mediante la emisión de bonos soberanos pasó de USD 3.910 millones a USD 5.360 millones; mientras que las contraídas a través de préstamos pasó de USD 3.007,2 millones a USD 3.611,6 millones.

Es así que, los compromisos internacionales alcanzan en la actualidad USD 9.339 millones, lo que representa el 85,9% del total. La deuda interna, por su parte, alcanzó los USD 1.532,4 millones, equivalentes al 14,1%.

La obtención de recursos mediante la colocación de los bonos del Tesoro se mantiene como el principal instrumento de endeudamiento. Mediante esta vía, el Estado mantiene deudas por USD 6.846,6 millones (63%).

Manejable. Si bien el pasivo público creció aceleradamente en el primer semestre de este año y entró en rango de alerta, desde Hacienda aseguran que los números son aún manejables y se mantienen como los más bajos de la región.

El director de Endeudamiento de la cartera, Iván Haas, recordó que el estudio hecho por el FMI indica que el nivel de los compromisos debe superar el 45% del PIB para ser considerado como crítico.

Reconoció que en los años próximos se deberá contener el aumento de los bonos y créditos para financiar el Presupuesto General de la Nación (PGN), teniendo en cuenta que este año se sobrepasó las estimaciones por la pandemia y afectó incluso a otros indicadores como la relación entre la recaudación tributaria y el pago de los intereses.

Haas abogó, en ese sentido, por la aprobación de la Ley de Pasivos que presentó el Gobierno al Congreso hace unas semanas. Con esa normativa, el Tesoro podrá ir canjeando los compromisos próximos a vencer, estirando los plazos de pago y mejorando las tasas de interés. Este planteamiento espera dictamen de comisiones para ser tratado en Senado.