Vía Twitter, Celeste Amarilla señaló que sus jefes ganaban “muchísima plata” con la venta de leche y le pagaban muy bien. Incluso deslizó el monopolio que ejercían en el negocio.
Su primera declaración jurada del año 1994 revela que la diputada liberal Celeste Amarilla tiene habilidades muy parecidas a la de muchos políticos que han sabido sacarle el jugo al Estado y de la nada experimentaron monumentales ascensos económicos.
En el caso muy particular de la legisladora, le ha resultado extraordinariamente rentable la venta de leche y merienda escolar a instituciones públicas, negocio que le hizo ganar el mote de “Reina de la merienda escolar” y rubro del que no se desprendió del todo, ya que sigue cobrando en una proveedora de alimentos del Estado en concepto de “cuentas por cobrar”, según consta en su última manifestación de bienes.
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Según la publicación de la Contraloría, Amarilla tenía más deudas que activos en sus inicios en la función pública. Su Declaración Jurada de la época que era funcionaria de la Municipalidad de Fernando de la Mora muestra que el único activo que disponía era un auto abonado a cuotas de G. 3.010.000 y una deuda de G. 11.438.000 con un patrimonio neto en negativo de G. 8.428.000.
Años después, se la identificó en el negocio del almuerzo escolar a través de la firma Masily Paraguay, más tarde Nutriguay SRL. Lo que no se sabía es la fortuna que iba amasando con el negocio que fluía en municipios y gobernaciones, en su mayoría durante administraciones de sus correligionarios, según se puede rescatar de varios archivos periodísticos y comparativos de registros de Contrataciones Públicas.
Un colosal incremento patrimonial con relación a sus inicios como funcionaria pública. De un activo de G. 3 millones la diputada pasó a registrar bienes por G. 24.561 millones al asumir el cargo de parlamentaria, cifra que se redujo a G. 22.491 millones en el 2019.
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Los años en que acaparaba adjudicaciones, antes de que el marido de la diputada se ubicara como director de Itaipú, se registran compras de propiedades por millonarias cifras. Por ejemplo, en las últimas declaraciones juradas se consignan inmuebles adquiridos en el 2010 por G. 1.760 millones en san Bernardino, así también en el mismo distrito figuran inversiones por G. 300 millones en el 2011 y otra de G. 200 millones en el 2014, parte del ascenso económico en tiempos de vender leche al Estado.
En redes, algunos internautas le preguntaron ayer a la diputada qué explicación tiene el colosal increm e n t o patrimonial y ella respondió: “Nada llamativo, dejé la función pública y fui a trabajar a una empresa argentina donde ganaba muy pero muy bien. Durante unos años fuimos solo 2 empresas que vendíamos a todo el país. Mis jefes ganaron muchísima plata!! Nada que esconder, vendía leche no droga”.
MILLONARIAS ADJUDICACIONES
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Un recuento del portal de Contrataciones Públicas arrojan adjudicaciones por G. 255.461 millones, unos US$ 45 millones repartidos entre empresas vinculadas con la diputada Celeste Amarilla en la última década, gracias en gran parte a los megacontratos otorgados desde intendencias y gobernaciones administradas por correligionarios del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA).
Arcángel SA y Pinoty SA donde la diputada todavía registró “cuentas por cobrar” por G. 9.087 millones al asumir el cargo acapararon licitaciones en la época en que los liberales estuvieron en el poder (2011/2012) y parte del 2013. Amarilla, quien es conocida por sus desbordes verbales en redes, se mantiene callada con relación a las cuentas a cobrar a estas dos empresas.
En el caso de Arcángel incluso la deuda aumentó, según consta en su última manifestación de bienes. Llama más aún la atención, porque ella había señalado que vendió todas sus acciones en la firma y remitió hasta una factura contado. Sin embargo, al publicarse las declaraciones juradas por parte de la Contraloría, se evidenció que todavía sigue cobrando a la proveedora de alimentos del Estado.