Miles de fieles llenaron la plaza de la Basílica Santuario. La ausencia de las autoridades nacionales fue notoria. El Monseñor Ricardo Valenzuela apuntó contra el mandatario y su entorno.

Luego de que en 2020 no pudo hacerse la celebración de la Virgen de los Milagros de Caacupé – debido a la pandemia -; en el día de ayer volvió a llenarse la plaza de la Basílica Santuario. Miles de fieles estuvieron presentes. Pero, las autoridades nacionales de los diferentes poderes del Estado decidieron, sorpresivamente, ausentarse. El propio presidente de la República Mario Abdo no participó de la celebración.

Ausencia de Marito

Si bien había un palco reservado para las autoridades del Gobierno, fueron pocos los que se presentaron a la celebración en Caacupé.

Además de la titular del Ministerio Público,Sandra Quiñ{onez, estuvieron presentes, el ministro de Educación Juan Manuel Brunetti, la ministra de Justicia Cecilia Pérez, la ministra de la Niñez y Adolescencia Teresa Martínez, entre otros funcionarios. Mientras que por parte del Poder Legislativo, solo se le vio a la senadora colorada Lilian Samaniego.

Abdo no fue: el jefe de Estado no participó de la celebración ya que se dirigió – en ese mismo momento – al norte del país para conocer el avance de la investigación de las FTC sobre el último secuestro del joven menonita Peter Reimer.

El año pasado, Abdo también se ausentó. La última vez que fue lo hizo en 2019, y fue recibido por abucheos de los ciudadanos, y recibió críticas por parte de la Iglesia.

LA CORRUPCIÓN TAMBIÉN MATA

El Monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé, fue crítico contra el Gobierno. En su discurso brindado ayer, dijo que el Gobierno es el responsable por las miles de muertes que dejó el virus, debido a la “desidia, negligencia y corrupción”.

Para el obispo, si la reacción de las autoridades hubiese sido más acertada y ‘‘no tan débil’’ para enfrentar eficientemente el problema de la pandemia, muchos de los compatriotas que fallecieron se hubieran salvado o vivido más tiempo.

Además, reprochó que en durante este último tiempo “solo gozaron de buena salud’’ quienes se adjudicaron casi todas las licitaciones y compras de emergencia sobrefacturadas. Consideró necesaria la aplicación de la ley a quienes la infringieron para quedarse con la mayor parte del presupuesto de Salud en plena crisis sanitaria.

¡Basta de mezquindad, basta de excesiva acumulación del dinero y de los recursos en pocas manos!, que tiene su contraparte en la exclusión de muchos. Recordarán todos que, al inicio de la pandemia, con el susto natural, se hicieron muchas y lindas promesas de reforma; la mayoría de ellas quedaron en el olvido”, dijo.

E hizo hincapié en la corrupción: Debemos luchar contra la corrupción. La corrupción es una de las grandes causas del triste estado de cosas que está viviendo nuestro país”.

CORTAR CON AMBICIONES:

Valenzuela también habló de la mala administración de recursos públicos que se da en el Presupuesto General de la Nación (PGN), una de las herramientas a las que se refirió el obispo para recalcar la relevancia de los asuntos financieros a fin de dar prioridad a los aspectos sociales. “Falta más compromiso de quienes aportan a este presupuesto y falta cortar las ambiciones de quienes quieren más y más sin importarles que no haya de dónde sacar más”, recriminó.

En el mismo contexto, recordó que se acerca la fecha para la renegociación del Anexo C del Tratado de Itaipú, cuyo tratamiento y negociación causan intriga y curiosidad por el manejo de la información de un tema que atañe al Estado y a la ciudadanía. “Necesitamos, además, patriotismo para tratar el tema y para exigir a quienes negocian y negociarán nuestro futuro. No demos pasos en falso que condicionen el porvenir de la nación”, refirió.

Y, para finalizar, dijo: “Necesitamos líderes íntegros, honestos, con mentalidad sana, confiables, comprometidos con la verdad, serviciales y ambiciosos con el cumplimiento de sus planes y promesas empeñadas”.